Watt Watchers de Texas: Texas es demasiado buena para desperdiciarla™

Es probable que no pienses en glaciares a menudo, después de todo, para la persona promedio, son poco más que trozos gigantes de hielo flotando en algún lugar lejano. Y en cierto sentido, quienes piensan esto tienen razón. Básicamente, un glaciar no es más que la acumulación de nieve compactada durante miles de años para convertirse en hielo sólido. La densidad del hielo permite que los glaciares floten lentamente, creando enormes ríos de hielo que pueden, a lo largo de los siglos, tallar y remodelar paisajes enteros. Sin embargo, hacen mucho más que flotar y romper rocas. Su papel en el delicado entorno de la Tierra es mucho más significativo de lo que uno podría considerar inicialmente.

¿Cómo impactan los glaciares en el medio ambiente?

Los glaciares contienen el 68.7% del agua dulce total que se encuentra en la Tierra y se pueden encontrar principalmente en las regiones polares. De hecho, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el 91% de los glaciares se encuentran en la Antártida, mientras que el resto flota en regiones como Groenlandia, Alaska, América del Sur y Nueva Zelanda. Estas masas gigantes de hielo suministran agua corriente fresca al medio ambiente a medida que se derriten lentamente durante las estaciones más cálidas y secas. Esto permite que la vida florezca y sobreviva a las duras condiciones durante todo el año. Además, a medida que el agua glacial se derrite, su temperatura excepcionalmente fría crea una masa de agua densa en comparación con el resto del océano. Esto le permite hundirse hasta el fondo del mar y viajar hacia el sur. Mientras esto sucede, el agua más cálida que tuvo un tiempo para calentarse con el sol y la atmósfera sube a la superficie y se dirige a los polos, principalmente al Polo Norte, donde se congelará y se hundirá con el tiempo. Este constante movimiento del agua es lo que nos trae las corrientes oceánicas.

El nivel del mar

Si un glaciar no puede reponer su volumen al mismo ritmo que se derrite, la cantidad de agua que se libera al océano aumentará sustancialmente. Esto ha llevado a un aumento en el nivel del mar de la Tierra, lo que ha provocado inundaciones extremas y anormales en las regiones costeras. En algunos casos, como las Islas Salomón, estos ecosistemas y comunidades ya han comenzado a desaparecer por completo. Aquellos que sobreviven a las inundaciones, lluvias y huracanes a menudo quedan desplazados y con daños con pérdidas de millones de dólares.

Mareas y corrientes

A medida que los glaciares se derriten a un ritmo cada vez mayor, no solo aumenta el nivel del mar, sino que la temperatura del agua se vuelve más uniforme. Esto significa que parte del agua extremadamente fría que normalmente se hundiría en el fondo del océano y viajaría hacia el sur ya no está lo suficientemente fría para hacerlo. Sin estos cambios de temperatura, las corrientes oceánicas no pueden moverse al mismo ritmo que antes, frenando o deteniendo las corrientes oceánicas por completo en algunas áreas. En consecuencia, el calor que normalmente se trae al hemisferio norte desde las regiones del sur no hace el viaje, lo que genera temperaturas extremas peligrosas y patrones climáticos que exacerban el cambio climático.

¿Cómo puedes ayudar a mantener los glaciares intactos? La liberación de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera contribuye principalmente al aumento de la temperatura atmosférica de la Tierra. Como consumidor, el impacto de los procesos de fabricación, agricultura y producción de los productos que consumimos debe ser considerado antes de comprar. Esto significa optar por productos que requieran menos procesamiento y energía, utilizar un transporte que libere menos o idealmente ningún gas de efecto invernadero a la atmósfera y comer alimentos que se produzcan utilizando prácticas sostenibles. Hay formas más sostenibles de crear y usar energía, que es esencial para la supervivencia de los glaciares del mundo y un futuro más sostenible. Visite Smart Energy Education, Watt Watchers y Resourcefulness.org  para obtener más información sobre nuestros recursos energéticos y cómo puede marcar la diferencia.

La importancia de producir energía limpia y fomentar un medio ambiente saludable está en todas partes hoy en día. Es probable que una persona promedio encuentre al menos una campaña que abogue por prácticas ecológicas a través de contenido en las redes sociales, anuncios o incluso a través de su escuela o trabajo. Vocabulario como conservación, sostenibilidad y eficiencia se usan repetidamente y, a menudo, se sustituyen entre sí. Sin embargo, para comprender verdaderamente los objetivos de los movimientos y campañas ecológicas, es útil entender el significado de cada palabra. Gracias a nueva información sobre la energía renovable y prácticas sostenibles, personas de todo el mundo están luchando por ser parte de la conversación. Entonces ¿Cuál es la diferencia? Y, ¿cómo se pueden aprovechar al máximo los esfuerzos de conservación, sostenibilidad y eficiencia?

Conservación

La conservación en el contexto de los movimientos energéticos y ambientales se refiere a las acciones que reducen el consumo de energía y que, con el tiempo, reducen o eliminan el desperdicio, por ejemplo, tomar duchas más cortas, apagar las luces cuando dejas una habitación y cerrar el grifo cuando te cepillas los dientes. Al conservar la energía disponible, se puede evitar el consumo excesivo y ahorrar agua, combustibles fósiles, gas natural u otras formas de energía que, de otro modo, se habrían ido por el desagüe sin darle un buen uso.

Sustentabilidad

La sustentabilidad se puede definir como prácticas que aseguran la longevidad y accesibilidad de los recursos utilizados a lo largo del tiempo. Por ejemplo, una empresa pesquera que considera los patrones migratorios de los peces y las temporadas de apareamiento para evitar la sobrepesca y garantizar la supervivencia de suficientes peces para las generaciones venideras está implementando prácticas sostenibles. De manera similar, los fabricantes de ropa que usan materiales derivados de recursos renovables, como lana, algodón o lino, pueden producir ropa que es menos dañina para el medio ambiente, especialmente cuando la prenda llega al final de su vida útil y es probable que termine en un vertedero. Las fibras naturales aseguran que se puedan cultivar nuevas fibras utilizando prácticas ecológicas. Esto asegura que tengan suficientes plantas nuevas para producir la ropa necesaria para mantener su negocio mientras continúan creando un producto biodegradable, a diferencia de las fibras sintéticas como el poliéster y el nailon, que pueden tardar años, incluso siglos, en descomponerse por completo.

Eficiencia

Científicamente, la eficiencia se define como la práctica de utilizar los recursos de tal manera que se obtenga el máximo rendimiento con el mínimo aporte posible. Por ejemplo, un automóvil que obtiene entre 40 y 50 millas por galón es mucho más eficiente que un automóvil que solo obtiene entre 10 y 20 millas por galón. Al final, es probable que ambos vehículos puedan recorrer la misma distancia. Sin embargo, el primero lo hará utilizando mucha menos energía. La eficiencia es importante porque puede motivar a las personas a mejorar los sistemas que tienen para ahorrar dinero, tiempo y recursos, mejorar la tecnología y las prácticas estándar, y ayudar al medio ambiente en el proceso.

Para obtener más información sobre conservación de energía, sostenibilidad y eficiencia, visite Watt Watchers y Smart Energy Education. ¡Y no olvide seguir la página de Facebook de Smart Energy Education para obtener actualizaciones sobre todos nuestros proyectos, oportunidades de becas, publicaciones de blog y más!

Antes de 1800, la población de todo el mundo cambió y creció a un ritmo relativamente lento. La población mundial desde 10.000 aC hasta 1700 sólo creció a una tasa de alrededor del .04% anual. Esta tasa de crecimiento se mantuvo constante hasta después del siglo XIX. A partir de este momento, sin embargo, se puede ver un salto drástico a escala internacional, con un aumento de un estimado de mil millones de personas en 1800 a los 8 mil millones de personas que ahora habitan la tierra.

La población mundial es ahora ocho veces mayor que hace 222 años. De hecho, se estima que el 6.5%  de todas las personas nacidas en la historia de la humanidad están vivas en la actualidad. Un cambio tan drástico es asombroso y puede atribuirse a una variedad de factores. Todo, desde avances científicos y mejores prácticas médicas hasta una mejor comprensión de la higiene, la dieta y el ejercicio, ha permitido que el mundo amplíe su población como nunca antes.

Sin embargo, una característica única de 1800 se destaca como uno de los principales factores responsables de los avances que nos dieron las ventajas necesarias para crecer tan rápido como lo hicimos. La revolución industrial, que comenzó a fines del siglo XVIII en Gran Bretaña, marca un período crítico para el avance económico y tecnológico. Catapultada por el aumento de la producción de carbón, la Revolución Industrial provocó un cambio en las tendencias políticas y sociales de Gran Bretaña.

Como poderosa fuente de energía, el carbón facilitó la producción de bienes, productos y el transporte a través de máquinas. El surgimiento de la máquina de vapor y las fábricas a gran escala, por ejemplo, permitió una nueva economía. Posteriormente, el poder económico en la región se distribuyó de manera más equitativa, fortaleciendo a la clase media. Al facilitar la forma en que producimos productos, transportamos bienes y personas, y cultivamos alimentos, las personas de todo el mundo pudieron mejorar sus vidas. Los resultados de la energía moderna incluyen la capacidad de que más personas sobrevivieron a los desafiantes ecosistemas del mundo. En consecuencia, allanando el camino hacia una población de más rápido crecimiento.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prosperidad económica conduce a un mayor consumo de energía. Asimismo, el aumento de las tasas de población también conduce a una mayor demanda de energía. En efecto, esto crea un sistema en el que una economía en auge y poblaciones cada vez más densas a menudo pueden conducir al consumo excesivo de recursos y al daño ambiental. Con el calentamiento global, la contaminación y la disminución de recursos esenciales como el agua, las comunidades de todo el mundo corren el riesgo de experimentar eventos como desastres naturales, brotes de enfermedades y escasez de alimentos como nunca antes.

Entonces, ¿qué significa una población de 8 mil millones y contando para el futuro de la energía? El aumento de la población y los estilos de vida cambiantes significan más comercio, automóviles, vuelos, alimentos y necesidades de vivienda. Sin embargo, se necesita una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero para reducir el impacto del cambio climático, que representa un peligro significativo para las comunidades de todo el mundo.

En un mundo con tanta gente y una población en crecimiento anual, la necesidad de soluciones innovadoras, educación energética y prácticas de sostenibilidad es mayor que nunca. El simple hecho de reciclar y ser consciente de los productos que compras, asegurándote de que se fabrican de manera responsable, puede marcar una gran diferencia. Aún mejor, emprender una carrera relacionada con la energía, ya sea un título de cuatro años o una certificación comercial, puede colocarte en una posición para impulsar un cambio positivo desde adentro.

Para obtener más información sobre energía, carreras relacionadas con la energía y actividades divertidas para ahorrar energía, visite Smart Energy Education  y Watt Watchers. ¡Y no olvide seguir la página de Facebook de Smart Energy Education para obtener actualizaciones sobre todos nuestros proyectos, oportunidades de becas, publicaciones de blog y más!

¿Por qué debemos preocuparnos por el agua?

Como repetimos en Smart Energy Education, el agua y la energía comparten una relación única e importante. Necesitamos energía para acceder al agua, y necesitamos agua para acceder a la energía. Esta conexión, también conocida como el nexo agua-energía, es un pilar en nuestras sociedades y tiene un impacto íntimo en la comodidad de nuestras vidas. Usamos el agua para todo, desde la higiene, la limpieza y el riego de nuestro césped hasta el enfriamiento de las centrales eléctricas que nos proporcionan electricidad y los procesos industriales que fabrican los productos que amamos. Sin mencionar el agua utilizada para crear energía a través de métodos como las represas hidroeléctricas.

Además, el agua tiene un papel clave en la salud y el equilibrio del medio ambiente. Por ejemplo, a medida que el agua alrededor del ecuador se calienta y el agua de los glaciares en los polos de la Tierra se derrite, el agua caliente sube a la superficie del océano y el agua fría se hunde hasta el fondo, lo que hace que las corrientes oceánicas cobren vida. Estas corrientes son luego responsables de transportar agua tibia y dióxido de carbono (que el océano también absorbe de la atmósfera) de manera más uniforme alrededor del mundo.

Sin embargo, a medida que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan el aire caliente y el dióxido de carbono atrapados en la atmósfera, el exceso de calor absorbido por el agua del océano puede calentar el agua glacial a temperaturas anormalmente altas, evitando que se hunda como lo haría normalmente. En consecuencia, las corrientes oceánicas pueden disminuir o incluso detener el movimiento por completo. Esto puede causar cambios en las condiciones climáticas y el aumento del nivel del mar, lo que provoca desastres naturales como inundaciones, sequías y patrones anormales de lluvia.

Por estas razones, tener una representación clara de dónde está nuestra agua, cuánta hay, dónde está y dónde estará en el futuro es esencial para brindar a las comunidades una ventaja muy necesaria.

¿Qué es la Misión SWOT de la NASA?

El 71% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua. Sin embargo, a pesar de la influencia constante de nuestros recursos hídricos en nuestras vidas, los datos sobre las cantidades de agua son limitados. La misión Surface Water and Ocean Topography (SWOT) está configurada para ayudar a la NASA a proporcionar el primer estudio global de aguas superficiales. A través de un satélite, los investigadores podrán hacer de todo, desde medir la altura del agua que se encuentra en la superficie de la Tierra, incluidas masas de agua dulce como ríos y lagos, así como el océano, hasta recopilar datos sobre las características del océano, específicamente aquellas de menos de sesenta millas de ancho. La nave espacial incluso podrá observar en tres dimensiones la longitud total de los ríos de más de 330 pies de ancho. Además, podrán recopilar información sobre cómo el calentamiento global influye en los embalses, ríos y lagos de agua dulce, lo que permitirá a las comunidades prepararse mejor en caso de desastres naturales relacionados con el agua.

La misión, que se lanzará el jueves 15 de diciembre, ha sido asumida con la ayuda de un equipo internacional y multidisciplinario que incluye a la NASA, el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES), junto con contribuciones de la Agencia Espacial Canadiense (CSA), y la Agencia Espacial del Reino Unido. Una vez lanzado, iniciará una de las investigaciones más profundas de los recursos hídricos del mundo en la historia.

Ante el cambio climático, el aumento del consumo de energía y el aumento de la población, la ubicación y accesibilidad de estos recursos hídricos esenciales es crucial. Si te gustaría obtener más información sobre el agua y la energía, visite Smart Energy Education y Watt Watchers  para obtener recursos, blogs, actividades y más. Para obtener más información sobre la misión SWOT, visite su sitio web aquí.

Todos conocemos de memoria la historia del Día de Acción de Gracias. Los peregrinos a bordo del Mayflower llegaron a las Américas en 1620 con la esperanza de comenzar una nueva vida. Sin embargo, al llegar, se encontraron inadecuados para manejar el entorno que les esperaba. El hambre y las enfermedades acabaron con las vidas de casi la mitad de los colonos. Eso fue hasta que un miembro de una tribu nativa decidió echar la mano y enseñarle a los recién llegados cómo cultivar maíz, pescar, extraer arce de los árboles y evitar las plantas venenosas. En última instancia, esta nueva información proporcionó a los peregrinos los recursos necesarios para sobrevivir y finalmente prosperar en su nuevo entorno.

El Día de Acción de Gracias ahora se celebra cada año para recordar a los estadounidenses que estén agradecidos por sus alimentos, bebidas, hogares y la amabilidad de los demás. Sin embargo, el mensaje subyacente de este evento histórico es que comprender sus recursos naturales y aprender a obtener energía de ellos puede cambiar vidas. Puedes tener la mejor tierra del mundo, pero si no sabes cómo cosechar semillas, no te podrás alimentar de la tierra. Del mismo modo, puedes estar rodeado de árboles, pero si no sabes hacer fuego, los árboles harán poco para proporcionar calor. Gracias al conocimiento que los peregrinos aprendieron de los nativos sobre sus recursos naturales, pudieron crear una vida mejor. Del mismo modo, gracias a la energía moderna, el estadounidense promedio ahora puede proporcionar cenas elaboradas de las que un peregrino solo podría haber soñado para sus familias en el día de Acción de Gracias.

Una celebración moderna del Día de Acción de Gracias generalmente implica viajar para visitar a la familia, comida, bebidas, luces, hornos, chimeneas, bocinas y aires acondicionados en uso todo el día. Una gran cantidad de energía está involucrada. Y ahora que todos se pueden unir de nuevo, como se hacía antes de la pandemia, se predice que las celebraciones serán exageradas en 2022. Sin embargo, a pesar de lo divertido que puede ser, el desperdicio que se puede acumular durante la temporada de Acción de Gracias es excesivo.

¿Cómo puedes reducir tu impacto ambiental en el Día de Acción de Gracias?

Considere todas las posibles fuentes de desperdicio que podrían resultar de su celebración de Acción de Gracias.

El menú

Lo primero que probablemente te viene a la mente es el desperdicio de alimentos. Las sobras son geniales, pero una cantidad excesiva hace que la comida se tire a la basura. Para evitar esto, sea diligente y obtenga el recuento exacto de sus invitados, luego use una calculadora de cantidad de alimentos como la proporcionada por Save The Food para calcular la cantidad precisa necesaria para alimentar a su grupo.

Trastes

El Día de Acción de Gracias requiere mucho trabajo por parte de los anfitriones de la fiesta. Al planificar su cena, puede ser tentador reemplazar sus platos estándar con platos, tazas y cubiertos desechables. Sin embargo, con el aumento de la contaminación por plástico y papel, tomarse el tiempo para lavar los platos reutilizables que tienes es una excelente manera de reducir el daño ambiental que puede causar el Día de Acción de Gracias.

Iluminación y control de temperatura

Es probable que cualquier fiesta que organice resulte en una factura de energía alta. Esto generalmente se debe a que las luces se dejan encendidas en las habitaciones desocupadas y las puertas abiertas que dejan salir el aire acondicionado. Para evitar el uso innecesario de energía, considere apagar las luces y cerrar con llave las puertas en las habitaciones a las que no desea que entren personas. También puedes hacer un pequeño cartel decorativo para recordar a tus invitados que apaguen las luces cuando salgan del baño. Además, si tienes suerte y el clima es agradable, considera apagar el aire acondicionado y abrir las puertas y ventanas. Esto podría ser especialmente útil si tienes un patio y la gente estará entrando y saliendo cuando lo desee.

Nuestra capacidad para recolectar energía ha cambiado la calidad de vida que ahora podemos disfrutar. Entonces, este Día de Acción de Gracias, no solo demos gracias a nuestra familia, amigos y comida, sino también a los increíbles recursos naturales que hacen posible nuestra forma de vida moderna. Y lo que es más importante, asegurémonos de tomar las medidas adicionales necesarias para protegerlos y celebrar de manera sostenible esta próxima temporada de festejos.

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Cada año, el 15 de noviembre, celebramos el Día Nacional del Reciclaje, que ayuda a promover y educar a las personas sobre el impacto del reciclaje. Es una fecha para pensar en el futuro y examinar la importancia de conservar nuestros recursos naturales mientras se descubren formas creativas de reducir, reutilizar, reciclar y ayudar a nuestro hermoso medio ambiente.

¿Qué es el reciclaje?

Si eres como la mayoría de las personas, es probable que comprendas que reciclar es reusar o reutilizar materiales. Algunos ejemplos pueden ser convertir un frasco en una maceta, crear papel procesando papel viejo o fundir piezas de metal de un vehículo para hacer un producto nuevo. Al tomarse el tiempo para reutilizar artículos que de otro modo se habrían tirado, se puede reducir el impacto ambiental que nuestra basura genera en el medio ambiente.

¿Por qué deberías reciclar?

A menos que trabajes en la industria de la basura o que vivas cerca de una instalación de gestión de residuos o un vertedero, es probable que no pienses en estos problemas con mucha frecuencia. Además, puede ser difícil imaginar el daño que generan los desechos excesivos porque su impacto no causa un daño inmediato. Sin embargo, para que las empresas produzcan todos los fantásticos productos que disfrutamos a diario, se requiere de electricidad, agua, madera, metales y productos químicos. La energía necesaria para hacer este trabajo es excesiva, aun así, muchas veces los productos producidos a través de estos procesos se tiran a la basura sin pensarlo dos veces.

El simple hecho de pensar en tus productos antes de comprarlos, es decir, tener en cuenta si se pueden reutilizar o si los materiales utilizados para fabricarlos se pueden reciclar, puede marcar una gran diferencia. Después de todo, muchos de nuestros recursos, como los combustibles fósiles, el gas natural e incluso el agua, son limitados y deben usarse con propósito y precaución.

¿Qué se puede y no se puede reciclar?

A primera vista, el reciclaje puede parecer un proceso sencillo. Sin embargo, el proceso requerido para transformar elementos antiguos en nuevos puede ser complicado. No es tan simple como tirar papel, plástico y vidrio en un contenedor de reciclaje. Hay ciertos productos de papel y plástico, así como otros materiales, que no se pueden reciclar en absoluto. Es por eso que es tan importante comprar productos fabricados con materiales reciclables en primer lugar. Para optimizar el proceso de reciclaje, tendrás que separar tus artículos en diferentes categorías y llevarlos a los lugares apropiados. Hay mucha información que aprender, pero no hay que desanimarse. Para que tu rutina de reciclaje sea lo más fácil posible, comunícate con las instalaciones de reciclaje locales para obtener un resumen de lo que se puede y no se puede reciclar a través de su programa. Además, la EPA ofrece una lista útil junto con varios recursos para ayudarlo a comenzar.

Afortunadamente, el reciclaje se está convirtiendo de forma lenta, pero segura, en un pilar esencial en las estrategias de gestión de residuos de nuestras comunidades. De hecho, según la EPA, la tasa de reciclaje en los Estados Unidos aumentó del 7 %, en 1960, al 32 % en 2022. Un aumento tan significativo en las iniciativas de reutilización, reducción y reciclaje es increíble para el medio ambiente y nuestros recursos naturales. Pero aún mejor, significa que se necesitan más personas para recolectar y procesar materiales, lo que genera nuevas oportunidades de empleo. De hecho, la EPA estima que aproximadamente 681,000 puestos de trabajo y $37,800 millones en salarios han resultado de estas nuevas actividades.

Recursos adicionales

If you are interested in learning more about recycling in your area, visit your local recycling facility websites, and the EPA page on recycling. Additionally, discover energy and recycling learning activities, blogs, and resources by visiting Watt Watchers and Smart Energy Education. And don’t forget to follow the Smart Energy Education Facebook page for updates on all our projects, scholarship opportunities, blog posts and more!

La ciudad y el campo ofrecen distintas libertades. En uno, tienes acceso a los servicios casi las 24 horas del día, y los 7 días de la semana. Puedes pedir comida a tu puerta a las tres de la mañana y tomar un autobús de diez minutos para llegar a tu trabajo. El otro te permite moverte más libremente. Tienes espacio para cultivar y cosechar alimentos. Hay menos contaminación y más terreno. Cada uno permite un estilo de vida único que parecerá más atractivo según las preferencias y metas personales de los individuos que las escogen. Como sociedad, los estadounidenses tienden a pensar en los dos como opuestos que nunca están de acuerdo. Sin embargo, por muy diferentes que parezcan, dependen el uno del otro y están mucho más conectados de lo que uno piensa.

La historia de las ciudades

Ciudades como las que se encuentran en la antigua Mesopotamia se desarrollaron por primera vez hace unos 6000 años. La región tenía abundantes recursos naturales y una producción estable de alimentos. Esto pasó en conjunto con el desarrollo de tecnología para acceder, transportar y distribuir agua, lo que permitió a los residentes de estas áreas liberarse parcialmente del trabajo manual que, de otro modo, habría consumido su tiempo por completo. Se facilitó la producción de bienes y el comercio por lo cual pudieron prosperar como nunca antes. Como efecto secundario, las costumbres culturales se desarrollaron y expandieron a mayor escala, nacieron pequeñas ciudades y los líderes de la comunidad adquirieron más poder, convirtiéndose en reyes y reinas.

Similarmente a este fenómeno se puede observar la Revolución Industrial, una época que comenzó en Gran Bretaña e impulsó a la nación a la riqueza y la prosperidad. Al igual que las poblaciones de la antigua Mesopotamia, el acceso a recursos energéticos como el carbón permitió a Gran Bretaña producir los bienes que alimentaban su economía de manera mucho más eficiente a través de máquinas. Desarrollaron fábricas para fabricar cantidades masivas de acero, hierro, textiles y otros bienes. En consecuencia, la gente comenzó a migrar a la ciudad, donde las oportunidades de trabajo estaban más disponibles. Nacieron ciudades grandes y modernas, los dueños de las fábricas se enriquecieron y el poder comenzó a alejarse de las manos de la monarquía.

Desde una perspectiva histórica, podemos ver que las ciudades influyen significativamente en la riqueza y el poder. Una nación con grandes ciudades está mejor equipada para avanzar en tecnológica y económicamente. Sin embargo, también requieren una inmensa cantidad de energía para funcionar y no podrían sobrevivir de forma independiente.

Ciudades y energía

Las ciudades son como organismos vivos. Consumen energía y producen desechos a través de un proceso llamado “metabolismo urbano”. Los alimentos, el agua y la energía se obtienen del campo y se transportan a la ciudad, donde sirven como combustible. Por ejemplo, para que Chicago tenga suficiente energía para funcionar de manera efectiva, depende de los recursos naturales de Illinois. Esto incluye la tierra utilizada para cosechar energía eólica y solar, ríos y lagos para energía hidroeléctrica, combustibles fósiles y los alimentos y el agua necesarios para sostener a su creciente población. Las ciudades se alimentan y crecen de esta energía. Sin embargo, también tienen los recursos para desarrollar nuevas tecnologías.

Ciudades y residuos

Los residuos son un factor clave en la relación entre las ciudades, la energía y la sostenibilidad. Si se produce en cantidades demasiado grandes o si no se desecha adecuadamente, puede causar graves problemas para el medio ambiente. Por ejemplo, el exceso de aire acondicionado en los calurosos días de verano requiere una energía tremenda. Esta energía se utiliza a menudo a través de combustibles fósiles que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera. En consecuencia, los calurosos días de verano se vuelven más calurosos y se necesita aún más energía para refrescar nuestros hogares. Es importante recordar que nuestros recursos energéticos no son todos ilimitados. Ser eficiente y producir menos residuos es fundamental para lograr la sostenibilidad.

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La riqueza se puede describir como las posesiones, bienes y libertades que le proporcionan a una persona una buena calidad de vida. Cuanta más riqueza tiene una persona, mayor calidad de vida puede disfrutar. Cuando pensamos en la riqueza moderna, automáticamente imaginamos estilos de vida lujosos, autos lujosos y casas grandes y hermosas. Pero en realidad, el bienestar de una comunidad es más complejo que los bienes materiales. Riqueza, seguridad e innovación van de la mano. La energía moderna ha catapultado este aspecto de nuestras vidas a nuevas alturas, descubriendo nuevas vías para que nuestras sociedades prosperen.

¿Qué es la energía en el contexto de la riqueza?

La energía es el elemento fundamental que impulsa la supervivencia de nuestro planeta. El acceso a la energía y el agua alimenta nuestros cuerpos y mentes a través de la comida y las bebidas que consumimos. De manera similar, el agua y la energía nos permiten mejorar y mantener nuestras comunidades a través de descubrimientos científicos y avances tecnológicos. El acceso facilitado a los recursos naturales significa más energía. Más energía significa más oportunidades de crecimiento e innovación.

¿Cómo es que la energía ha hecho que nuestro mundo moderno sea más rico?

Gracias a los nuevos avances, la vida actual es muy diferente de lo que solía ser.  No hace mucho tiempo, por ejemplo, el sector médico generaba un entorno muy diferente al que vemos hoy.  Afortunadamente, ya no tenemos que soportar los horrores de la cirugía y la medicina del siglo XIX.  Con acceso a iluminación eléctrica, máquinas operativas, medicamentos, antisépticos y nueva tecnología, la energía moderna nos ha brindado la oportunidad de mejorar nuestras vidas al mejorar nuestra salud.  Una población sana está más preparada para trabajar y contribuir a la sociedad, y aumenta la riqueza de la comunidad en su conjunto.  Este patrón se repite y se puede ver en cómo producimos alimentos, fabricamos productos, creamos modos de transporte y mucho más.

¿Cómo puede la energía mejorar la estabilidad económica de los países empobrecidos y en desarrollo?

La energía es igual al tiempo y la comodidad.  Una máquina que puede arar su tierra en una cuarta parte de lo que uno necesitaría para hacerlo por su cuenta le da la libertad de realizar otras tareas.  Algo tan aparentemente pequeño como proporcionar iluminación eléctrica y plomería a una comunidad empobrecida puede marcar una gran diferencia.  Este acceso a la energía les permitirá hacer más con su tiempo y mejorar su seguridad durante la noche.  La gente puede estudiar y trabajar incluso cuando el sol baja si tiene electricidad.  La plomería adecuada aumenta las posibilidades de que una mujer joven permanezca en la escuela después de la pubertad.  Por estas razones, las mujeres tienden a beneficiarse más de la energía y la tecnología que la acompaña.  Este patrón puede cambiar la vida.  Es más probable que una comunidad con acceso a energía moderna tenga acceso a una educación, atención médica y libertades generales que pueden mejorar su calidad de vida. Desafortunadamente, acceder a la energía no siempre es tan fácil.  Las limitaciones geográficas, la corrupción y las guerras pueden dificultar excepcionalmente la maximización de los recursos naturales de una nación.  Por eso es tan importante mantener el apoyo a organizaciones como Innovation Africa, que brindan acceso al agua limpia y luz eléctrica a comunidades en África.

¿Cómo pueden las prácticas sostenibles ayudar a mantener y mejorar la riqueza de una nación?

Gracias a los avances en la energía moderna, ya no tenemos que realizar casi la misma cantidad de trabajo para obtener lo que necesitamos para sobrevivir como lo hacíamos hace sólo cien años. Esto es excelente para la innovación y el avance, pero también sube la probabilidad que las comunidades con abundante acceso a la energía moderna consuman en exceso. Actualmente nos encontramos en una posición en la que algunas comunidades necesitan desesperadamente sistemas y recursos de energía actualizados. Esto se ve en paralelo en comunidades con amplio acceso a recursos energéticos que necesitan dar un paso atrás y conservar lo que tienen. Como sociedad, nuestro objetivo debe ser crear un mundo en el que haya una distribución equilibrada de la riqueza y una cultura que fomente la conciencia de nuestros recursos naturales y la energía que proporcionan.

Descubre más sobre la conexión entre la riqueza y la energía viendo Power Trip: The Story of Energy WEALTH, ¡puede ver más episodios increíbles aquí!  También estan disponibles en PBS, Apple TV y Prime Video.

Para obtener más información sobre los recursos energéticos, cómo influyen en nuestra sociedad y cómo puede ser un consumidor de energía más responsable, visite Smart Energy Education, Resourcefulness y Watt Watchers of Texas.

La guerra ha sido parte de la humanidad desde el comienzo de la civilización. Luchamos en guerras por el agua, la tierra, las especias, los recursos y, aún más importante, la energía. Sin embargo, las personas a menudo no prestan mucha atención al origen de su energía. No ven que su influencia y contribución a la guerra y la seguridad nacional son increíblemente significativas e impactan la vida diaria de todos.

Antes de la energía moderna, las guerras se realizaban a una escala mucho más pequeña que las guerras de hoy. Las personas estaban más restringidas por la geografía y el clima, por lo que las guerras tenían que ser luchadas durante la primavera para que los soldados pudieran llegar a la batalla. Los hombres viajaban en caballo o a pie y enfrentaban al enemigo con espadas y otras armas de corto alcance. En las situaciones de mayor escala, los cañones serian utilizados para atacar desde una distancia un poco más grande. Pero al final, la poca distancia necesaria para luchar hacía que las guerras fueran mucho menos destructivas que las actuales y causarán muertes en una escala mucho menor.

Se necesita mayor poder y destrucción a una gran escala para combatir un enemigo que no siempre puedes ver. La energía moderna ha permitido que los ejércitos creen máquinas y armas que pueden atacar desde una gran distancia. Esto fue visto por primera vez durante la Primera Guerra Mundial a través de tanques, ametralladoras y ataques aéreos. En guerras más recientes, la tecnología moderna ha permitido que los ejércitos ataquen a través de drones no tripulados, láseres y espionaje satelital. La distancia creada por estos nuevos inventos ha ayudado a mantener a los soldados un poco más alejados del contacto directo con el enemigo. En consecuencia, ha creado un entorno en el que los soldados puedan atacar sin estar físicamente cerca de la oposición.

Esto fomenta un ciclo en el que la innovación alimenta las guerras y la guerra alimenta la necesidad de crear innovación. La nueva tecnología debe desarrollarse continuamente y las mejoras deben realizarse constantemente para mantener una ventaja. Todo esto requiere enormes cantidades de energía. La producción de metales para fabricar armas, aviones, vehículos, computadoras y drones requiere electricidad, agua y combustibles fósiles. Igualmente, alimentar, alojar y transportar soldados requiere energía.

La energía genera riqueza, prosperidad, seguridad y salud en nuestras comunidades. Es esencial para nuestras vidas modernas, lo que hace que sea algo que podemos usar no solo para protegernos, sino también como un incentivo para entrar en guerra desde un inicio. Este es especialmente cierto al hablar de recursos limitados como el petróleo y el gas natural. La importancia de recursos como el petróleo ha hecho que muchos líderes se den cuenta de que una de las formas más efectivas de impedir la capacidad que tiene una nación para luchar y defenderse es atacar y limitar su acceso a los recursos energéticos.

Los días de enfrentar al enemigo con espadas quedaron atrás. La fuerte dependencia que tienen las naciones en los recursos naturales de naciones extranjeras ha llevado a conflictos una y otra vez. La seguridad de una nación depende de su capacidad de depender de su propia energía. La diversificación de los recursos energéticos, es decir, el uso de una combinación de energía solar, agua, combustibles fósiles, etc., en lugar de depender por completo de una forma de energía, puede marcar una diferencia considerable para la seguridad de una región. Además, la diversificación de recursos crea un sistema mucho más sostenible en el que una nación puede operar a un nivel mucho más eficiente y se reduce el impacto ambiental.

Al final, la energía está ligada a todo. Nos proporciona nuestra vida y economía moderna, facilita la salud y la educación de nuestras poblaciones y ha demostrado ser algo por lo que vale la pena luchar. Es algo que debemos usar sabiamente y proteger. El ejército de los EE. UU. se esfuerza por utilizar sus recursos energéticos de manera cuidadosa y eficiente para mantener la seguridad de la nación. Los civiles de un país deberían esforzarse por hacer lo mismo. Convertirse en un consumidor de energía más inteligente y hacer un esfuerzo por vivir un estilo de vida más ecológico siempre debe ser una prioridad.

Para obtener más información sobre la conexión entre la guerra y la energía, consulte el episodio Power Trip: The Story of Energy WAR junto con el panel de OVEE sobre la energía y un debate sobre la guerra en la página de Smart Energy Education.

Se pueden encontrar recursos adicionales relacionados con la energía, la sustentabilidad y las carreras relacionadas con la energía en Smart Energy Education, Resourcefulness y Watt Watchers of Texas.

Antes de los medios de transporte modernos, como los carros, aviones y barcos, viajar era drásticamente diferente. Los viajes de larga distancia requerían mucha energía. Era poco probable que la gente viajará muy lejos de su lugar de nacimiento. Mudarse de casa solo era considerado en circunstancias extremas. Tener que depender de animales o, a veces, solo de su propia fuerza para llevarlo a lo largo del camino significaba que su viaje podía durar fácilmente días o meses. Era probable que uno se fuera a encontrar con ladrones, tormentas y otros obstáculos por lo que estos viajes no solo podían ser peligrosos sino costosos.

Afortunadamente, la innovación y la tecnología nos han permitido con éxito innovar nuestro camino más allá de los viejos tiempos de utilizar la mano de obra y la fuerza animal para movernos. Con la ayuda de la energía moderna, ahora podemos cruzar océanos y continentes enteros en horas. No solo eso, estos nuevos modos de transporte han traído consigo el desarrollo de industrias complejas. Los estilos de vida de viaje, la cultura del automóvil y las compras en línea son efectos secundarios del transporte moderno. Con el creciente desperdicio y la contaminación de este fácil acceso a viajes y productos, la demanda de eficiencia y sostenibilidad ha comenzado a presionar a la industria del transporte para que realice algunos cambios. La necesidad de nuevos inventos e ideas es mayor ahora que nunca. Entonces, ¿cómo se relaciona exactamente el transporte con la energía? ¿Y cómo influye esta relación en nuestra vida diaria?

Energía y transporte

La conexión entre el transporte, la energía y el medio ambiente es relativamente sencilla en la superficie. Si tienes un carro, necesitas gasolina o electricidad para llegar a donde necesitas ir. Esto requiere acceso a combustibles fósiles y/o recursos renovables. Igualmente, los terrenos también son necesarios para crear carreteras y autopistas o los recursos naturales utilizados en los sistemas de fabricación y disposición de vehículos. Según la Administración de Información Energética de los EE. UU., el transporte de personas y bienes representó el 28 % del consumo total de energía de los EE. UU. en el 2021. La energía está involucrada en cada paso del proceso. Conocer la intensidad energética de los sistemas de transporte que utiliza es fundamental si desea marcar la diferencia.

Transporte privado

Todo el mundo tiene que tener un método para moverse. Es posible que vivas en una ciudad donde caminar o andar en bicicleta sea una alternativa razonable al transporte estándar en vehículos. En cuyo caso, puedes dormir agusto sabiendo que hiciste un esfuerzo para marcar la diferencia y al mismo tiempo hiciste un poco de ejercicio. Sin embargo, hay un par de cosas más que deben considerar aquellos que tienen que viajar distancias más largas. Podrías pensar que usar un vehículo eléctrico siempre será más limpio que un carro de gasolina. Pero si la electricidad utilizada para impulsar ese vehículo se deriva de combustibles fósiles, puede que no sea tan ecológico como cree. Al comprar un vehículo nuevo, considere su fuente local de electricidad. Asegúrese de comparar la eficiencia del combustible e investigar bien las características ecológicas. La sustentabilidad comienza con la consideración de los efectos de tus acciones, así que ten en cuenta las consecuencias ambientales de tu vehículo. Tanto cuando compras como cuando eliges conducir.

Transporte público

El transporte público es una de las formas más efectivas de convertirse en un consumidor de energía más eficiente. Algo tan simple como viajar en autobús al trabajo puede reducir la congestión del tráfico, la contaminación del aire y del sonido y la necesidad de ampliar las carreteras. El aumento del número de pasajeros mejora el poder de ahorro de energía de nuestros sistemas de transporte público. Entonces, al hacer que el transporte público sea parte de su rutina, en realidad puede ayudar a proporcionar fondos para mejorar estos sistemas y hacerlos más eficientes. Así que toma el autobús cuando puedas, puedes ayudar al medio ambiente y ahorrar algo de dinero en gasolina, todo en uno.

Bienes y servicios

El transporte implica mucho más que el movimiento de personas. De hecho, la EIA informó que los camiones y autobuses pesados, que transportan principalmente materiales y bienes de consumo, representaron el 18 % del consumo de energía de los EE. UU. en 2019. Estos modos de transporte están reservados principalmente para materiales y bienes de consumo. La maximización de nuestros sistemas de transporte nos ha permitido trasladar todo, desde alimentos y agua hasta bienes de consumo, a distancias mucho más largas. La conveniencia de tener acceso a productos de todo el mundo puede ser gratificante en este momento. Sin embargo, el impacto ecológico de los camiones, barcos y trenes que llevan estos productos hasta tu puerta puede ser más grave de lo que te imaginas. Comprar productos locales reduce la demanda del uso de medios de transporte que contaminan nuestro medio ambiente. Por lo cual podemos conservar nuestros recursos y asignarlos a los sectores de nuestra sociedad que más los necesitan.

Con el auge de las nuevas tecnologías, mantener el ritmo de nuestra creciente demanda de energía sin disminuir nuestros recursos naturales requiere una planificación estratégica. Es una responsabilidad que solo recientemente comenzamos a tomar en serio. Es necesario realizar mejoras muy necesarias para alcanzar la sostenibilidad. Afortunadamente, tenemos mucho que esperar. Nuevos trabajos y oportunidades profesionales grandiosas se han desarrollado debido a esta nueva conciencia y se han convertido en una parte esencial de los viajes y el transporte. El cambio comienza con nuestras elecciones personales, así que comparte tus viajes y usa el transporte público cuando puedas, y ten en cuenta los recursos energéticos del mundo cuando compres nuevos productos.

Para obtener más consejos sobre la conservación y la sostenibilidad de la energía, visite watt-watchers.com, Resourcefulness o smartenergyeducation.com para obtener más información.

https://youtu.be/kUAsneGMXcc

Nuestra relación con la comida ha cambiado drásticamente a lo largo de la historia de la humanidad. Con el tiempo, hemos pasado de comunidades de cazadores-recolectores a agricultores y consumidores modernos. Puede que no pienses mucho en el origen de nuestros alimentos o en cómo se producen. Sin embargo, la forma en que adquirimos nuestros alimentos influye en nuestras rutinas en más formas de las que la mayoría de la gente imagina. No hace mucho tiempo, las opciones de comida que teníamos a nuestra disposición estaban limitadas a los recursos geográficos de nuestra región y la época del año.

La energía moderna ha facilitado con éxito la producción y distribución de productos agrícolas y cárnicos a mayor escala que nunca. Nuestra sociedad parece no estar más sujeta a limitaciones regionales o estacionales. En consecuencia, hemos desarrollado una cultura alimentaria de consumo excesivo. Pero, ¿cómo se correlaciona exactamente la comida con la energía? ¿Y por qué es tan importante construir un sistema alimentario sostenible?

¿Qué es la energía?

La energía es el propulsor de todos los procesos que necesitamos para funcionar en nuestra vida diaria. Desde los alimentos y el agua que consumimos y los automóviles que manejamos hasta los medicamentos que usamos en nuestros hospitales y clínicas. Necesitamos energía para sobrevivir en los niveles más fundamentales. Aún así, podemos y también hemos usado energía para mejorar nuestras vidas al mejorar los sistemas que usamos para la producción de alimentos, el transporte, la medicina y la tecnología. Ahora usamos nuestros recursos energéticos para mucho más que nuestras necesidades básicas. La energía solar, por ejemplo, alimenta nuestro sistema alimentario a través de la fotosíntesis, la función celular y el ciclo del agua, y nuestros sistemas de tecnología moderna a través de paneles solares que generan electricidad.

¿Cómo se relaciona el agua con la energía?

Conocido a menudo como el nexo energía-agua, la conexión entre el agua y la energía resulta de la necesidad de recursos hídricos para crear energía y energía para acceder al agua. La electricidad, por ejemplo, a menudo se produce a través de represas y plantas hidroeléctricas. El agua también se utiliza para enfriar plantas de energía y extraer combustibles fósiles. Por otro lado, el acceso al agua dulce, como recurso ilimitado, requiere una cantidad increíble de energía. A menudo, las comunidades enfrentan obstáculos debido a factores geográficos, económicos y políticos. Luego tienen que recurrir a plantas de purificación, importación de agua o procesos de desalinización para asegurarse de tener suficiente agua para sostener la demanda de su población. Para obtener más información sobre el nexo energía-agua, consulte nuestro blog aquí.

¿Cuál es el nexo alimento-agua-energía?

En un nivel básico, la relación entre nuestro sistema alimentario y los recursos energéticos se puede ver a través de la energía solar y el agua que permite que las plantas pasen por la fotosíntesis, proporcionando productos para nosotros y el ganado que comemos. Sin embargo, la energía también está integrada en nuestro sistema alimentario de formas menos obvias. Esta relación se conoce como el nexo alimento-agua-energía y se puede ver en todos los aspectos de nuestras vidas.

Tome algo tan simple como una ensalada de pollo a la parrilla, por ejemplo. Una ensalada como esta podría incluir pollo, hojas verdes, cebolla, tomates cherry y aderezo. Tal lista de ingredientes básicos puede parecer que no requiere una gran cantidad de energía. Sin embargo, cada ingrediente requiere una cierta cantidad de tierra, agua y fertilizantes para crecer. Los productores de alimentos necesitarán combustibles fósiles para cosechar, procesar, envasar y enviar los productos. Se requerirá electricidad, agua y combustible para refrigerar y cocinar los ingredientes, que luego se le presentarán como una ensalada de pollo a la parrilla. Ahora digamos que pides la ensalada pero descubres que no tienes tanta hambre. Decides tirar la mitad de la ensalada, desperdiciando valiosos recursos al hacerlo.

Nuestras sociedades, específicamente aquellas con más riqueza y acceso a recursos, no son conscientes de las consecuencias de sus actos. Nos hemos acostumbrado demasiado al acceso facilitado a cualquier cosa que queramos, cuando queramos. Es común comprar grandes cantidades de alimentos y dejar que se desperdicien en la nevera. Tirar una porción de su comida en un restaurante es un hábito habitual para muchos. Aún así, los procesos complejos necesarios para producir los alimentos que amamos son excesivamente intensivos en energía. Necesitamos nuestros recursos energéticos para mucho más que alimentos. Por ello, conocer nuestros hábitos de producción y consumo de alimentos es primordial para la sostenibilidad.

¿Qué puede hacer para reducir los desechos y conservar los recursos energéticos del mundo?

Como consumidor de alimentos de hoy en día, ¡hay muchas cosas que puede hacer para ayudar! Piense en la cantidad de veces que compra un paquete de espinaca y luego no pudo terminar la bolsa. Lo llegamos a hacer todos. Pero tomar la iniciativa y comprar solo productos que estás seguro de que consumirá puede marcar una gran diferencia. Además, todo el mundo debe hacer un esfuerzo y hacer su investigación. Hay mucho que aprender sobre el origen de nuestros productos alimenticios, los hábitos de producción y los esfuerzos de sostenibilidad de las organizaciones agrícolas y la energía necesaria para producir ciertos productos.

Para obtener más información sobre la conexión entre los alimentos y la energía y lo que puede hacer para ayudar, visite Smart Energy Education, Resourcefulness y Watt Watchers of Texas.

https://youtu.be/_dO4y2Euyec

En nuestro mundo moderno, usamos agua para casi todo en nuestra vida diaria. Incluso tenemos un día entero dedicado a celebrar el agua. Afín a su relación con el mundo natural, es fundamentalmente uno de los pilares que permiten que nuestros cuerpos y comunidades prosperen y funcionen. Sin agua, nuestra supervivencia sería imposible. Sin embargo, por más grandes e interminables que parezcan nuestros océanos, lagos y ríos, el agua no es ilimitada. El uso sostenible de nuestros recursos hídricos es fundamental. Y la capacidad de maximizar su potencial es esencial para nuestra forma de vida.

El problema del acceso al agua es más complicado de lo que parece. Se necesita una gran cantidad de energía para obtener, tratar, desalinizar y transportar el agua. En consecuencia, se crea un arma de doble filo. Entonces, ¿por qué parece que el agua llega tan fácilmente a nuestros hogares si requiere tanta energía? ¿Y qué acciones podemos tomar para conservar nuestros recursos hídricos?

Hace poco más de cien años, el acceso al agua potable en los hogares no era muy común. La gente dependía de pozos y letrinas para lograr lo que podemos lograr ahora en nuestros baños. A través del desarrollo de la infraestructura de los sistemas de tuberías y alcantarillado, la energía moderna facilitó el transporte de agua a nuestros hogares. Sin embargo, una infraestructura adecuada no elimina todos los obstáculos. Proporcionar el agua para que corra a través de las tuberías en estos sistemas tiene sus desafíos. Dependiendo de la geografía de su comunidad, el proceso requerido para obtener agua dulce cambiará. Desde simplemente bombear el agua de un lago o río hasta instalaciones de tratamiento y desalinización de agua, proporcionar agua dulce a una comunidad puede ser muy difícil.

La persona promedio utiliza un estimado de 400 litros de agua por día. Es probable que no veas tanta agua bajar por el drenaje de tu casa con tus propios ojos. Sin embargo, es esencial entender que el agua que usamos va mucho más allá de lo que vemos. Muchos no se dan cuenta de la gran necesidad de agua en todos los demás sectores de nuestra sociedad. También conocido como el Nexo Energía-Agua, dependemos de la energía para acceder al agua y del agua para acceder a la energía. Las prácticas agrícolas, la producción de ropa, la electricidad, e incluso el control de la temperatura de las centrales eléctricas y la extracción de materias primas dependen del agua.

Además, el proceso de tratamiento, transporte y recolección de agua a menudo requiere electricidad y otros recursos energéticos. En consecuencia, cada vez que uno compra ropa nueva, enciende las luces o conduce su carro, consume agua y cada vez que uno consume agua también consume otras formas de energía. Desafortunadamente, debido a nuestra relación con nuestros recursos energéticos, la mayoría de nosotros no percibimos las consecuencias de estas acciones. La relación estrechamente entrelazada entre el agua y la energía significa que no se puede tener una sin la otra. El uso excesivo de agua corre el riesgo de dejar el agua contaminada, aumenta el riesgo de sequía y tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Además, corremos el riesgo de no poder soportar otros sistemas energéticos importantes, dejándonos vulnerables a la posibilidad de carecer de energía suficiente en el futuro.

Históricamente, civilizaciones enteras han caído debido a falta de agua, y el entorno político moderno sigue estando drásticamente influenciado por el nexo energía-agua. Como sociedad, nos hemos vuelto muy cómodos complaciéndonos con los recursos disponibles. La sensibilidad que le tenemos a nuestros recursos naturales ha bajado. Sin embargo, la conciencia del efecto que nuestras acciones tienen sobre nuestros recursos podría ayudarnos a superar los obstáculos que enfrentamos ho

En los años siguientes, la demanda de agua solo aumentará, pero nuestro suministro de agua no aumentará con él. Las prácticas de sostenibilidad y conservación del agua son más críticas que nunca en nuestro mundo moderno. Los padres, líderes y educadores de hoy tienen un trabajo cada vez más importante para enseñar a las generaciones más jóvenes cómo conservar el agua y ayudar a crear un mañana más sostenible.

Para obtener más información sobre cómo usted y sus estudiantes pueden ahorrar agua y energía en la escuela o en el hogar, consulte los recursos de Smart Energy Education, que incluye Watt Watchers y Resourcefulness.

https://youtu.be/PEw3bJ1uf5Q
Watt Watchers de Texas es un programa de socios de Smart Energy Education.
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